Vamos a repasarlas
cronológicamente: el lanzamiento del plan de las dos mil viviendas (en
realidad, esta parte contempla la construcción de 1000) nos tuvo al lado del
intendente. Al margen de nuestra opinión final sobre el proyecto, es una
promesa de campaña que contó con el apoyo de la gente. Nuestra propuesta (seguimos
pensando) era superadora en número y solvencia técnica. Pero la de Jure fue la
que contó con el respaldo popular. De eso no hay dudas. Como tampoco de algo
que dijo el propio “Turco”: “Si la gente confió en mí, yo necesito confiar en
la gente para llevar adelante este programa. Si no pagan las cuotas, el plan se
cae”.
En principio, si se cumple lo pedido por el intendente, no nos parece que esta etapa tenga dificultades para ser financiada. Se destinará entre el 50 y el 70% del FOP, buena parte del fondo sojero, las cuotas de $ 700 pesos que previamente deben abonar los futuros propietarios, y a las empresas constructoras se les pedirá que cofinancien los proyectos dando significativos plazos para el pago de las obras. Además, en esta etapa los terrenos están: o son de entidades gremiales o de los particulares que los recibieron en el loteo Castelli 1. Quizás el problema se plantee cuando hablemos de las viviendas sociales o las destinadas a quienes no tienen terreno, o a quienes tienen un terreno pero no en zonas donde se concentre la construcción. No olvidemos que hablamos de planes sociales, por lo que la proximidad de las obras es condición “sine qua non”.
En principio, si se cumple lo pedido por el intendente, no nos parece que esta etapa tenga dificultades para ser financiada. Se destinará entre el 50 y el 70% del FOP, buena parte del fondo sojero, las cuotas de $ 700 pesos que previamente deben abonar los futuros propietarios, y a las empresas constructoras se les pedirá que cofinancien los proyectos dando significativos plazos para el pago de las obras. Además, en esta etapa los terrenos están: o son de entidades gremiales o de los particulares que los recibieron en el loteo Castelli 1. Quizás el problema se plantee cuando hablemos de las viviendas sociales o las destinadas a quienes no tienen terreno, o a quienes tienen un terreno pero no en zonas donde se concentre la construcción. No olvidemos que hablamos de planes sociales, por lo que la proximidad de las obras es condición “sine qua non”.
En el lanzamiento del plan de viviendas y el jueves en el Consejo Económico Social escuché sendos discursos de Guillermo Mana. Evidentemente, tenemos perspectivas muy diferentes sobre el estado económico financiero del municipio. Y en esas diferencias residen también algunas observaciones que haya que hacer sobre el plan de viviendas. Si gran parte del FOP se destina a estas obras privadas, para el resto de las obras públicas queda poco y nada. Seguramente se seguirá avanzando en materia de cordón cuneta, red de aguas potable y cloacas, pero basándose en algún sistema que lleve al vecino a pagar por las mejoras recibidas. Como esas obras mayoritariamente se requieren en los sectores más humildes, es probable que en pocos años los barrios carenciados (en términos porcentuales) terminen incrementándose.
Habrá que ver si el presupuesto 2013 contiene una partida
significativa para estos emprendimientos. Por ahora, dejo un signo de
interrogación. Lo que he visto, sí, es más voluntarismo que promoción social,
más correr tras la necesidad urgente que un proyecto serio. Ya hay 800 familias
que viven en lugares no aptos o en tierras fiscales en Río Cuarto.
Les decía que participé de la reunión del CES en la
vecinal Fénix. Está claro que para todos los municipios que tienen dificultades
en gestionar, la excusa de la caída de la coparticipación está siempre a mano.
Si es así, estamos al horno: la Constitución establece mecanismos para reformar
la ley de Coparticipación que son prácticamente imposibles de utilizar. Habrá
que ver cómo sigue esta historia. Así, a la corta o a la larga, algunas
ciudades no podrán sostenerse sin gestiones que orillen la perfección. Demás
está decir que no es este el caso de la nuestra.
Hoy vi a algunos vecinos quejarse por el estado de
la avenida Godoy Cruz. El viernes, el oficialismo le pidió al gobernador que
destine parte de lo recaudado por la tasa vial a repavimentar esa avenida, la
Juan Manuel Fangio (que llega al Autódromo) y que le pida a la Nación que le
ceda el tramo de ruta que une Holmberg con Río Cuarto para hacer otra autovía.
La verdad, un chiste de mal gusto: nadie niega el derecho de los concejales de peticionar ante las autoridades provinciales. Pero pedir que se viole la ley (la Tasa Vial no está destinada a obras ubicadas dentro de los ejidos urbanos y la Godoy Cruz es clara jurisdicción municipal) suena a encajarle de taquito a la provincia la solución de un problema que le es ajeno. Ni hablar de la propuesta de “solicitarle a la Nación” que le sume responsabilidades sobre rutas nacionales. “Anda que te van a abrir” le dicen al gobernador. Una chicana que, en realidad, aleja la solución.
Además, ¿no era
que con Rodríguez Saa iban a hacer la autovía con Villa Mercedes? Además,
hablan de una rotonda frente a la Rural. El propio Secretario de Obras Públicas
reconoció que las dos únicas que eventualmente impulsaría el DEM están sobre
Perón Oeste y sobre Tejerina. Es más: calificó a la rotonda frente a la Rural
de innecesaria. ¡Que bueno sería que antes de ensayar chicanas algunos ediles
se informaran de lo que piensa su propio gobierno! La seguimos antes del fin de
semana. Feliz Día de la Lealtad. Nos vemos en Juniors.
Publicado originalmente el 17 de Octubre de 2012
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