1 - El general (Roca) (Perdón
Gabo) no tiene quien le escriba. Nadie, ni los supuestamente más recalcitrantes
personajes de la Trapalanda, rechazaron la idea de borrar el nombre del Zorro
de la plaza.
2 - No hay consenso en
debatir sobre otros nombres propios para un espacio que debe expresar la
pluralidad de pensamientos. Algunas ideas: Libertad, Democracia, Memoria, Verdad y Justicia,
Concepción, De la Diversidad, De América Latina...
3 - En ese contexto, no me parece mal llamar a una consulta popular para
que la gente elija el nombre.
4 - En cambio, no comparto el proyecto de mi partido de proponer que sea
el Consejo Económico Social el que trate el tema. Institucional y democráticamente,
un tema de esta naturaleza es resorte exclusivo de la voluntad popular, que, en
el mejor de los casos, se expresa en el Concejo Deliberante, no en las
corporaciones económicas y sociales, por más representativas que estas sean. Además,
el CES no fue creado para eso. Y sus integrantes tuvieron hoy la posibilidad de
expresarse en el foro por excelencia de la democracia: el legislativo local.
Sólo la Iglesia Católica y la CTA la aprovecharon.
5 - ¿Las denominaciones no significan nada? Hasta los más antiroquistas
hablaron de la Campaña al Desierto sin ni siquiera preguntarse porqué se la llamó
así, si en cada territorio asolado vivían cientos de miles de nativos.
Naturalizar (o cuestionar) una denominación no es (como pretendieron decir
algunos despistados) una pelotudez: es, precisamente, utilizar la palabra para
modificar la realidad.
Publicado originalmente el 13 de Noviembre de 2012
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