También entró todo lo que faltaba del plan de las mil viviendas. Si se lo quiere mostrar como transparente y como parte de una política de Estado, como mínimo habrá que aceptar el “Compre Río Cuarto” (para el concejal que lo impulsó era la diferencia exacta entre un gobierno corrupto y un gobierno honesto: como ese concejal era socialista, si hoy se pretende dar de baja esa ordenanza el gobierno se autocalifica).
Se institucionalizó el nombre de “Carnavales de Río
Cuarto”. Pero, al mismo tiempo, se aprobó un reglamento absurdo, prusiano,
incapaz de interpretar los cambios sociales. Según se dijo, fue propuesto por
las entidades que participaron en las ediciones anteriores. Tal como lo dije en
el Concejo, ese “reglamento” (con fuerza de Ordenanza) es simplemente una
prueba de que al Ejecutivo nadie le cree cuando dice comprometerse a pagar
algo, sea un sueldo, una obra o un premio por participar del corso). Por otra
parte, creo que este proyecto sigue atado al nombre de un funcionario, hoy
devenido en concejal. He escuchado ese nombre cuando la policía reclamaba el
pago de adicionales que nunca cobró, cuando se sorteó una inexistente oblea de remis,
o cuando se habla de participar o no de las próximas ediciones. Me consta que
las organizaciones más progresistas ya no tienen interés en seguir. Y no creo
que la cuestión pase por dictar una Ordenanza. Por las dudas, por ahora no
encarguen nieve loca.
Gracias a los pibes de la uni por permitirme
compartir la charla sobre la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual con
Carlos Raimundi y Luciano Salerni. Estuve en más de 30 debates sobre este tema
en todo el país desde marzo de 2009 hasta hoy. La verdad, creí que ya estaba
todo dicho. O, por lo menos, ya había escuchado todo lo que se puede escuchar
al respecto. Pero el planteo político acerca del valor de la ley para la democratización
de la palabra fue más que enriquecedor. Gracias nuevamente…. Ojalá el viernes próximo
con Carlos Vicente, flamante titular del AFSCA en Córdoba, se pueda generar el
mismo clima.
Ayer, con el Consejo de Preservación del Río
Cuarto, al que me acabo de incorporar en reemplazo de la compañera Leticia
Paulizzi, estuvimos trabajando en la concientización de un grupo de unos 400
pibes. La experiencia fue riquísima. De paso, aproveché para entrar en el tema
desde el conocimiento básico. Tengo la sensación de que la provincia tiene razón
en torno a quien debe ejercer el poder de policía sobre el lecho del río, pero
utiliza un discurso extremadamente excluyente que dificulta la relación con un
grupo de especialistas que conocen el río mejor que nadie. Es una tontería
cerrarles la puerta. La tarea de ayer, para no ir más lejos, es un claro
ejemplo que desde el Consejo se puede dar una mano importante.
Publicado originalmente el 17 de Noviembre de 2012
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