Si el Código de Faltas mantiene
las figuras del merodeo urbano, la de la prostitución escandalosa y la del jefe
policial transformado en juez, por más que lo nieguen, seguirá siendo
inconstitucional. Y muy peligroso para la mayoría de los cordobeses, en
especial si son morochos, adolescentes, pobres y viven lejos del centro de cada
ciudad. Ojalá los legisladores provinciales ratifiquen su compromiso de
acabar con el abuso policial que promueve la figura del merodeo urbano. No
vendría mal en una provincia cuyo gobernador dice que si su jefe de policía
amenaza a un periodista, es un problema personal. Y que si cuatro policías son
imputados por apremios ilegales, a su jefe se lo asciende.
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