Después de años de leer proclamas políticas cuyo único norte era ver si captaban el voto de algún desinformado, la "Declaración de Villa María" se transforma en un punto de partida inexorable para discutir la Córdoba rebelde que este año se ha propuesto en serio conducir los destinos de la provincia. Ni candidaturas testimoniales, ni puestas a dedo, ni a través de la utilización de aparatos partidarios de dudosa legitimidad: vamos por más, vamos por todo. Ni un paso atrás. Nunca es tarde para sumarse al proyecto Nacional y Popular. Accastello Gobernador.
-- DECLARACIÓN DE VILLA MARÍA --
Los abajo firmantes, diputados nacionales, legisladores provinciales, Intendentes y Jefes Comunales, Concejales y Tribunos de Cuentas, y dirigentes territoriales de los distintos departamentos de la provincia de Córdoba, suscribimos el presente documento,
CONSIDERANDO
Que formamos parte de un proyecto político que, recuperando las banderas del verdadero justicialismo, le ha otorgado a la Argentina, un período de desendeudamiento, de industrialización, de fortalecimiento de la educación, la ciencia y la tecnología, de independencia del poder judicial, de consolidación democrática, de recuperación de la obra pública, de solvencia financiera, de fortalecimiento del Estado y recuperación de los recursos naturales, de una consolidación de la política de derechos humanos en la búsqueda de justicia, de una clara política de integración sudamericana y latinoamericana en pos de una Patria Grande, de una férrea defensa de la soberanía nacional en cada uno de sus actos en la política internacional y en particular transformando en política de estado la Causa Malvinas; que ha transformado a la jubilación en un beneficio universal, que ha consagrado el derecho a la AUH, en procura de proteger a la mujer en situación de desamparo, al niño y a la mujer embarazada; que ha llevado adelante la política de acceso y de universalización de los derechos más importante desde la llegada del peronismo al gobierno en el año 1945, la que se expresa en políticas de Estado como la AUH, en el acceso a la vivienda del programa PROCREAR, el PROGRESAR, en la nacionalización de los fondos jubilatorios y en la consagración de la movilidad jubilatoria de los haberes, en la recuperación y solidificación de una política de recursos naturales y de un verdadero federalismo a través del acompañamiento a los municipios en la concreción de obras públicas fundamentales, que ha transformado a la comunicación audiovisual en un derecho, que ha llevado adelante la política legislativa más trascendente de los últimos tiempos a través del nuevo Código Civil y Comercial y en el nuevo Código de Procedimientos Penal; de un proyecto político que iniciara en el año 2003 Néstor Kirchner y que profundizara a partir del año 2007 la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Que formamos parte de una provincia que ha ido a contramano de estos objetivos y de estos logros, que no ha podido acompañar el crecimiento de esta etapa, llevándonos a una década de desaceleración del crecimiento provincial en relación a lo nacional, pero que, además, ha crecido de manera desigual profundizando las asimetrías en los rincones extremos del territorio provincial; que ha materializado la falta de ideas en una política industrial y de generación de empleo, cuyo resultado ha sido ser la provincia con mayor desocupación de la Argentina; que no aprovecha la potencialidad de sus recursos humanos y naturales para ser una provincia de más oportunidades, de mayor igualdad, con mayor justicia social; que ha ido en un sentido contrario al desendeudamiento nacional, sino que ha hipotecado el futuro de los cordobeses para cubrir déficit corrientes, que ha aumentado el costo Córdoba de una manera sensible, mediante la creación de impuestos y tributos distorsivos que sólo buscan recaudar a cualquier costo, aun cuando este sea desalentar el consumo, la producción y las inversiones generadoras de trabajo genuino; que no ha aprovechado suficientemente la potencialidad que tiene en su extensión territorial elementos tan importantes como su potencial turístico; estamos en una provincia que tiene la pujanza de su campo, pero tiene el abandono de su norte y de su sur que aún esperan y reclaman la atención de políticas públicas transformadoras; que tiene el enorme potencial de su desarrollo científico y tecnológico con sus universidades, pero que conserva las mayores marginalidades y estructuras de pobreza en los cordones del gran Córdoba; que ,a pesar de la cosmética de un marketing proselitista, ha tenido una administración incapaz de resolver sus problemas centrales y conserva, paradójicamente, trabas y limitaciones en el acceso a los bienes esenciales como el agua, el gas y las obras básicas de saneamiento.
Que somos parte de esta provincia que ha sido hito de los grandes logros de la patria. La Córdoba protagonista de las páginas de la historia más importantes en torno a la emancipación nacional; de esta Córdoba que fue epicentro de la creación de la educación universitaria en el continente; de esta Córdoba capaz de dar a la humanidad la santidad del cura José Gabriel del Rosario Brochero; de esta Córdoba parte de la formación del hoy Papa Francisco; de esta Córdoba que forjó un sindicalismo honesto, transparente y coherente como el de Agustín Tosco o Atilio López; de esta Córdoba donde se forjó la rebeldía juvenil de la reforma universitaria, la que fue capaz de impulsar la industria nacional en la década del ’40 y del ’50; la que construyó los primeros aviones que surcaron por el cielo argentino con manos nacionales; la cuna de la actividad ferroviaria del país. La Córdoba reformista, la Córdoba que supo dar hombres íntegros, desde distintos sectores políticos, para pensar en su progreso antes que en sus intereses personales, la de Amadeo Sabatini y la del Brigadier San Martín. Formamos parte de la Córdoba rebelde que unió a las fuerzas estudiantiles y trabajadoras en el Cordobazo. De la Córdoba que frente al silencio de la dictadura supo reverdecer en la primavera democrática.
Por estas razones, porque somos profundamente cordobeses, queremos que nuestra provincia vuelva a tener el lugar que se merece.
Somos hombres y mujeres militantes de un proyecto político, pero abiertos a sumar las voluntades y decisiones de muchos otros que aun, no compartiendo la totalidad de nuestro pensamiento político o de nuestros orígenes, tienen la plena convicción de querer construir una Córdoba mejor, una Córdoba para todos, de avanzar a la Córdoba que viene, a la Córdoba de la esperanza, a una Córdoba capaz de superar las antinomias, una provincia que no haga de un separatismo vacío una política de estado, sino que se transforme en el corazón pujante del país, convencidos que si a la Argentina le va bien, a Córdoba le irá mejor y si a Córdoba le va bien, el país encontrará un potente motor de crecimiento y desarrollo.
Una Córdoba capaz de mirar el rostro de los que aún sufren y esperan.
Una Córdoba protagonista, con sus estudiantes y trabajadores, con los que aún esperan la dignidad de un trabajo, con sus hombres y mujeres de fe, con la fuerza productiva de sus hombres y mujeres del campo, con sus industriales.
Una Córdoba que industrialice la ruralidad, generando valor sobre los recursos naturales, que genere trabajo sobre su potencial turístico, sobre su suelo, sobre su conocimiento como herramienta de creación de trabajo.
Una Córdoba integrada a una región, para descubrir que es parte del corredor central estratégico para el desarrollo nacional.
Una Córdoba que apueste a la paz y a la seguridad, capaz de tener instituciones de seguridad sólidas y democráticas
Una Córdoba que no ponga las ambiciones personales sobre los proyectos colectivos.
Somos parte de un proyecto político donde nos enseñaron que el camino es el de la coherencia, el de los sueños, el de las convicciones, el de esperar una Córdoba definitivamente mejor.
Por eso, cómo espacio político creemos que llegó el momento de estar a la altura que nos exigen las circunstancias, para que, deponiendo intereses individuales o mezquinos o sectoriales, ser capaces de poner en consideración de los cordobeses un proyecto para una Córdoba mejor.
NO es nuestra intención tener un candidato a gobernador, sino que como espacio político tenemos la fuerza y la convicción para proponer a los cordobeses UN GOBERNADOR.
Un gobernador que sea expresión de esta construcción colectiva, un gobernador que se sienta interpretado y acompañado. Que sea parte de un proyecto colectivo que lo supera e integra.
Por estas razones, sabemos que ningún proyecto se construye en soledad. Que cada palabra vale, que cada mano cuenta. Sabemos y aportamos a una construcción de abajo hacia arriba.
No es tiempo de personalismos mezquinos en procura de posicionamientos internos.
Hoy manifestamos la voluntad y decisión de trabajar por una Córdoba distinta.
En estos treinta años de democracia Córdoba ha aportado significativamente a un modelo que se ha agotado. La Islade Angeloz es la contracara del cordobesismo de De La Sota. Dos expresiones de una misma filosofía, la de esconder detrás de la defensa de presuntos intereses de los cordobeses, una ambición desmedida sobre los intereses colectivos
Viene el tiempo de una Córdoba distinta, el tiempo en el que Córdoba ocupe el lugar que le corresponde.
Trabajaremos para que en Córdoba la educación sea un derecho, desde el jardín maternal hasta el acceso a la universidad.
En donde el trabajo sea una prioridad
Una Córdoba que recupere estrategias de acceso a la tierra y a la vivienda como política de estado,
Una Córdoba que no aleje a sus jóvenes sino que los atraiga.
Una Córdoba que no sea rehén del narcotráfico, sino que apueste a la construcción comunitaria.
Una Córdoba industrial.
Una Córdoba de consolidación de una política de parques industriales integrados en consonancia con las acciones llevadas adelante desde el gobierno nacional.
Una Córdoba que haga de la obra pública esencial y básica, agua, cloacas, gas, un derecho para todos los cordobeses.
Una Córdoba que no sea espectadora de las asimetrías que encontramos en su interior sino que sea capaz de implementar políticas de estado para revertirlas.
Una Córdoba de un desarrollo institucional sólido, con fuerzas de seguridad comprometidas con la defensa de los derechos humanos, profundamente democráticas que, reconocidas por su comunidad, tengan un rol estratégico y central en la construcción de la seguridad.
Una Córdoba que potencie y desarrolle su actividad turística como uno de los motores de su desarrollo económico, con sus valles en las sierras chicas, en punilla, traslasierra y calamuchita, con su norte histórico, su mar de Anseunza, su turismo rural y religioso.
Una Córdoba donde recuperemos el orgullo de ser cordobeses, una Córdoba de la cultura expresada en sus más diversas manifestaciones en cada rincón de la provincia.
Una Córdoba que cuide sus recursos naturales, sus lagos y ríos, su suelo, sus bosques nativos y autóctonos
Una Córdoba que construya una política responsable en el tratamiento de sus residuos
Una Córdoba que plantee en la agenda política la defensa y el fortalecimiento del trabajo formal y la regularización del informal.
Una Córdoba que avance en estrategias de construcción de la Economía Popular.
Una Córdoba que lleve adelante una necesaria reforma tributaria en favor de los trabajadores, sectores populares y Pymes.
Una Córdoba donde la salud no sea sólo estructural, sino una construcción coordinada de sector público y privado, con abordajes regionales y coordinación con municipios, comunidades regionales y provincia, con el objeto que el acceso a la salud, a los sistemas de vacunación y a la cobertura sanitaria integral sea un derecho prioritario de inclusión social para cada cordobés, y no un servicio.
Una Córdoba aliada a los municipios en la ejecución de las políticas públicas reconociendo en ellos a los actores imprescindibles para llegar a cada vecino. No discriminando por pensamientos políticos distintos.
Córdoba no puede ser sólo el 10% del padrón electoral nacional, o una ficha más en el tablero de acuerdos. Es necesario que nuestra provincia haga un cambio y sea un factor potente para continuar con las transformaciones de la Argentina que viene. Muchas veces desde Córdoba hemos renegado de decisiones nacionales, pero poco ha sido lo que desde acá hemos trabajado en función de construir alternativas políticas locales.
Por estas razones, es que entendemos que nuestro proyecto político ha dado en este tiempo hombres y mujeres capaces de conducir ese proceso, con la capacidad de sumar a otros actores con los mismos sueños y esperanzas Apostando a una construcción amplia, debatiendo la agenda del pueblo, convocando a todos sin mirar de donde vengan, sino coincidiendo hacia dónde queremos ir
Por todo ello, consideramos que EDUARDO ACCASTELLO, un militante del peronismo, un hombre que acompaño a Néstor Kirchner desde la llegada a la presidencia, un hombre leal a este proyecto político, siendo intérprete del mismo en las concreciones de su ciudad. Un hombre joven pero de enorme experiencia de gestión, que recibió una ciudad desbastada, abandonada, herida en su orgullo social y llevar adelante, con gestión, con convicción y perseverancia, la mayor transformación del país. Un hombre que ha hecho en su gestión un modelo de igualdad de oportunidades, de recuperación del orgullo de vivir en una ciudad, en el acceso a la cultura, a la educación y a los servicios básicos, a la integración regional, a la política de industrialización y de saneamiento. Que ha sabido construir un estado fuerte y presente, pero a la vez coordinar con los sectores y fuerzas de la comunidad, la consecución de objetivos colectivos.
Los cordobeses estamos ante una oportunidad histórica. El agotamiento de la experiencia de gobierno imperante desde 1983 nos impone un desafío, o somos capaces de construir una opción superadora en el marco de la unidad nacional y latinoamericana o quedamos atados al fracaso de los últimos 30 años de políticas neoliberales.
En política no se puede improvisar, Córdoba necesita ideas y gestión, necesita compromiso y renovación, Córdoba necesita fuerza y juventud. Córdoba quiere y necesita recuperar el orgullo de SER Córdoba, por eso, quienes suscribimos este documento apoyamos la candidatura del compañero Eduardo ACCASTELLO como candidato a gobernador de TODOS los cordobeses y renovamos nuestro compromiso para que en cada rincón de la provincia podamos ampliar nuestra base de sustentabilidad, para que, con la fuerza transformadora del justicialismo, hagamos de Córdoba, una provincia para todos,
“Por comprensión histórica, mandato popular y por decisión política”, citaba Néstor Kirchner en su asunción en 2003, cuando planteaba por entonces una utopía para salir del infierno. Mucho ha pasado, pero tenemos la misma actitud de entonces y en Córdoba más todavía, porque la alternativa es real. Con valentía y audacia, debemos ir por lo que falta. Necesitamos construir una nueva utopía.
Córdoba debe ser protagonista del proyecto de transformación de la Argentina. No queremos más islas ni cordobeses rehenes de ambiciones ajenas.
Queremos proponer un sueño; el de una provincia pujante, inclusiva, con desarrollo económico y justicia social.
ACCASTELLO GOBERNADOR
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