Frente al comunicado del área de Prensa y Difusión de la Asociación
Atlética Estudiantes, he decidido presentar ante la opinión pública tanto el
texto completo del proyecto de declaración original como la nota que junto con
los tres presidentes de bancada y al concejal José Barotti enviáramos al
club como simples ciudadanos preocupados por la preservación de la
memoria histórica de la ciudad. De esos textos y de todas las requisitorias
periodísticas (algunas de las cuales acompaño) queda claro que:
A - Sólo pedí desde un principio preservar el RECUERDO DE LA FACHADA,
NO LA FACHADA EN SÍ DE LA SEDE EN CUESTIÓN. Se citó, como ejemplo,
lo sucedido con el paredón que separaba Alberdi del centro (quedó un pequeño
espacio), con el Viejo Hospital (se preservó un pequeño alero) o –si de
actividad privada se trata- con la esquina de Alvear y San Martín en la cual se
memoran –con rasgos modernos- las viejas formas. Si eso no fuera
posible, sugerí preservar los elementos que en distintos momentos
sirvieron para conmemorar la inauguración o los distintos aniversarios de la
sede. Como última y eventual posibilidad, se solicitó –siempre en el marco
de lo posible que se guarden fotos, videos y testimonios del edificio.
B - Al contrario de lo que dice el libelo, nunca negué el derecho del club
de hacer lo que crea conveniente con sus instalaciones. Basta leer la
iniciativa para advertir que yo mismo advertí que bajo ningún punto de vista el
Concejo podía inmiscuirse en cuestiones internas de la AAE. También reconocí
expresamente la legalidad de la resolución adoptada por la asamblea del 28 de
diciembre último.
C - También en la propia iniciativa señalé que el municipio nunca adoptó
medidas adecuadas para preservar el lugar. Es más, explícitamente lamenté esa
carencia. Es decir, el autor del comunicado de AAE no hace más que repetir
mis argumentos, aunque niega que yo los haya expresado.
D - La demora que se me atribuye en presentar el proyecto (crítica objetiva
y cierta) obedece a que todos los pedidos que hice a organismos públicos
nacionales, provinciales o municipales, tardaron en ser respondidos o directamente
no tuvieron respuesta. Concretamente había solicitado datos oficiales acerca
del carácter de la donación de la sede o de la cesión de algunos terrenos
municipales vinculados al proyecto (esto último, en función de una nota
publicada en la sección Deportes del diario “Puntal”, bajo el título de
“Parando la oreja”, del martes 15 de octubre del presente año). Bajo ningún
aspecto puede hacérseme responsable del trato o del destrato que la sede haya
sufrido de sucesivos gobiernos municipales o provinciales o nacionales durante
las seis décadas anteriores a mi paso por el Concejo.
E - Sobre mí supuesto desconocimiento del estado de las instalaciones que me
atribuye el “comunicado”, lamento tener que desmentir a sus autores: la he
recorrido durante años, como periodista, como socio o como simple allegado al
club. Como resultado de largas charlas mantenidas con miembros de la actual
Comisión Directiva de Estudiantes y de anteriores conducciones del club, sé a
ciencia cierta de su disfuncionalidad para las épocas que corren y,
fundamentalmente, del altísimo costo de preservación de, por ejemplo, los
techos.
En otras palabras, contra lo que dice el
comunicado, entiendo perfectamente que la donación del gobierno nacional había
cumplido su ciclo de vida útil. Aunque el comunicado lo niegue, queda claro que
efectué todas las consultas que estimé pertinentes, siempre pensando en
preservar un pedazo intangible de historia local, no un edificio ni una
fachada, como se me achaca.
F - Frente a lo antedicho, me atrevo a decir con fundamentos que quien
o quienes escribieron la nota en cuestión desconocen –o pretenden
desconocer- tanto el texto del proyecto como la nota elevada por los ediles.
G - Respecto a cualquier supuesto interés político, partidario o
electoralista, la sola firma de los presidentes de las tres bancadas del cuerpo
me exime de mayores comentarios. Además, por más que trato de establecer
algún tipo de relación, no entiendo qué efecto “político” o “electoral” puede
tener pedirle a un club que nos ayude a conservar la memoria histórica de la
ciudad, al fin de cuentas –y, en este caso- su propia memoria.
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