Parque Sarmiento: Orgullosamente Riocuartense...

Comparto el diagnóstico qué sobre el Parque Sarmiento ha efectuado el compañero Guillermo Natali. En la última década, el Parque ha sido prácticamente abandonado a su suerte. En los últimos meses, la colocación de algunos juegos infantiles, la poda de unos pocos árboles y, en especial, la “limpieza de cara” del Anfiteatro, fueron pequeños gestos del DEM que no alcanzan para poner en valor nuevamente un ámbito sobre el cual la última intervención municipal fuerte fue durante la intendencia de Alberto Cantero con la consolidación de la vereda, el cordón cuneta y la iluminación perimetral.

A más de una década de aquella tarea, la iluminación, por falta de conservación, es tenebrosa y el lago se presenta como un estanque inerte, luego de que toda su fauna ictícola desapareciera en buena medida por la falta de oxigenación del agua. Frente a ello, el DEM viene anunciando desde hace mucho tiempo un “plan de mejoras” en el lugar que, como el mañana, siempre se dice que viene pero nunca llega.

Ahora bien, esta necesidad de que la ciudad recupere plenamente uno de sus principales espacios verdes no nos habilita a “regalarle” la jurisdicción a la provincia. Mi postura no tiene nada que ver con las próximas elecciones sino con la lógica que se maneja en el mundo entero sobre el uso y control del suelo. En todos lados (acá mismo acabamos de cuadriplicar el ejido municipal para poder planificar mejor el futuro de la ciudad) la tendencia es que el Estado comunal asuma roles de mayor compromiso con la utilización y el cuidado de los espacios verdes. Podemos decir sin temor a equivocarnos que el desafío para la Comuna es inmenso y, desde ya, que no le vemos uñas de guitarrero (bueh, de guitarrero, sí) al actual Ejecutivo municipal para afrontarlo con éxito. Pero renunciar a la jurisdicción de un espacio que nos identifica desde hace 90 AÑOS, ¡¡¡¡¡NI EN UN ATAQUE DE LOCURA TRAS HABER BEBIDO TRES BOTELLAS DE VODKA DE MALA CALIDAD!!!!!

La Provincia, además, tiene de qué ocuparse: es valorable (y ha sido valorado) lo que ha hecho en el Parque frente al Centro Cívico. De un basural, construyó un espacio común bello, funcional y seguro. Pero en la ribera norte del río, a su paso por la ciudad, han reaparecido basurales a cielo abierto e incluso nuevos y precarios asentamientos humanos en lugares de muchísimo riesgo. Es decir, si avanzara con el abordaje de la ribera norte, la Provincia no sólo rescataría para los riocuartenses y sus visitantes un espacio inmenso, sino que nos evitaría los graves problemas de salud, de contención social y de amparo frente a una eventual crecida del Río Cuarto que aparecen claramente en el horizonte
Tampoco se necesita que el municipio “ceda” el anfiteatro para que la provincia lo teche.

Entiendo que Guillermo Natali está haciéndose cargo de una promesa del gobernador efectuada en el marco de nuestra campaña. Me parece bien: el gobernador dijo que “ganare quien ganare” la elección municipal, él asumía el compromiso de techar el Anfiteatro del Parque. De alguna manera, los concejales de UPC-FPV somos garantes de ese compromiso público. Es más, como integrante del Consejo de Administración de FUNDEMUR le he reclamado al Momo Amaya que insista ante quien corresponda para que esa promesa se cumpla. Pero nunca se habló de “ceder juisdicción”.

De nuevo, el Anfiteatro es un lugar que atesora muchos gratos recuerdos para Río Cuarto, desde aquel campeonato provincial de básquetbol en el que brilló el flaco Filloy en la década del 70. En todo caso, se puede articular una explotación común como se ha logrado con varios espacios entre la Fundación por la Cultura y el área que coordina –y muy bien- el profe Sassatelli.

Por último, hay tareas que sí podemos hacer nosotros como concejales. En estos días he recibido muchísimos comentarios (por no decir, denuncias) sobre el destino de un portón de hierro que caracterizó al Parque durante décadas. Asumo el compromiso de tratar de develar su destino y el porqué de esa extraña “desaparición”. Esta red puede ser fundamental para ello.

También podemos instar al Ejecutivo a que preserve los lagos urbanos: de hecho, un proyecto del concejal Varela Geuna fue “operado” por los Frankenstein de la Comisión de Planeamiento y derivó en una iniciativa que establece como, con quien y en qué plazo se deben sanear y conservar tanto el Lago del Parque como el de Villa Dálcar, además de considerar a los espacios que los rodean y al Parque Ecológico como Patrimonio Natural de la ciudad. Esa iniciativa está a una sesión de ser aprobada. Si se cumple, el paso para mejorar el parque habrá sido gigante. Y orgullosamente riocuartense…

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