La gente de Gobernador
Guzmán al 2200 planteó hace unos meses su preocupación por la supuesta relación
que habría entre la antena de telefonía celular emplazada en el lugar y lo que
ellos interpretaban era un alto número de personas enfermas de cáncer registrado
en un radio de no más de 300 metros del lugar.
Gracias a la oportuna intervención del Defensor del Pueblo, vino la gente de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) y tomó las medidas correspondientes, siguiendo los estándares internacionales y con un equipamiento homologado por las normas IRAM. En todos los lugares del barrio donde se midió, en ningún momento el nivel de contaminación provocado por las ondas no ionizantes generó preocupación alguna. En todos los casos, las medidas estaban 4000 veces por debajo de lo autorizado. Es más, el único momento en que el equipo parecía moverse era cuando muy cerca de él sonaba un celular.
Pero no nos quedamos conformes. Aunque sea por contaminación visual,
propusimos con otros concejales impulsar un proyecto que sancione a aquellos
propietarios de terrenos que los alquilen para el emplazamiento de este tipo de
antenas. No hay que olvidar que las mismas están prohibidas en la zona céntrica
desde hace una década, como mínimo. Ese proyecto lo presentaremos, si no lo
hace Scoppa, quien se comprometió a ello, en menos de 15 días.
En cambio, ya pedimos a la Secretaría correspondiente que impulse un
estudio epidemiológico para determinar si los casos detectados en el lugar son
significativamente superiores en número a los que se pueden producir normalmente
en otro sector de similares características poblaciones.(https://googledrive.com/host/0B6yeUu2MltnGUTctZ1dVeVQzM28/Estudio Epidemiologico Sector Antena.pdf)
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