Dos breves comentarios en relación al armado
de la lista de candidatos a Diputados Nacionales.
1) En principio, me agrada la nominación de
Martín Gill. Hace unos días pregunté porque su nombre no aparecía entre los
"candidateables" (siendo nada menos que un Secretario de Estado) y me
dijeron que era para no perfilar tanto el discurso hacia el ámbito
universitario. Al parecer, se cambió de idea. Igual, Gill tiene experiencia de
gestión municipal en Villa María y con Bernabei deberá traccionar los votos del
interior profundo. Tarea nada fácil, aunque el objetivo debe fijarse en
octubre.
2) Llama la atención la ausencia absoluta de candidatos del sur profundo. Entre los once mencionados en la lista hay cinco de Córdoba capital, dos de San Martín, uno de Totoral, uno de San Javier, uno de Marcos Juarez, y uno de Unión (el intendente de Viamonte, el más “sureño” de los candidatos). En el 2011 el Tucu Alincastro estuvo en el noveno lugar. Ese espacio lo ocupa hoy Marcos Amante, que nació (es cierto) en Jovita pero llega a la candidatura por la Jauretche-Córdoba. Ni Cantero, ni Stanicia, ni ninguno de los nombres que se barajaron desde el punto cardinal que (para Benedetti) “también existe”. Habrá que ver qué estrategia se da el espacio para hacer campaña en una zona que implica el 25% del territorio provincial y que contiene al segundo núcleo de votantes de Córdoba. Por el momento, queda claro que De la Soja, Llayllora, Olguita y Cía. le deben estar agradecidos a quienes propusieron un armado semejante.
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