Ha quedado demostrado, principalmente a nivel nacional tanto cuando se eligieron candidatos de izquierda, como cuando Bordón la ganó a Alvarez o De la Rúa a Fernández Meijide, que las internas abiertas no simultáneas con la de los demás partidos permiten que los terceros metan el perro. A nivel local, el PJ lo ha padecido: si bien no incidió en el triunfo de ningún precandidato a intendente, el mecanismo permitió figurar en el marcador a los candidatos que pretendía la contra.
A nivel provincial, reclamamos las PASO. El temor a que el aparato partidario perdiera valor frente a la alta ponderación pública de la cual goza Eduardo Accastello, llevó al oficialismo a negarnos esa posibilidad y obligarnos a ir por afuera. De manera contraria actuó De la Sota en su proyección nacional. Con el eventual 2% de los votos que le asignan las encuestas, no figuraba ni siquiera entre los cinco candidatos más votados del PJ-Frente para la Victoria. Por eso, intenta jugar por fuera, para no quedar out ya en las PASO.
En el orden local, hemos advertido en los últimos días como incluso dentro del PJ se pretende malinterpretar la Carta Orgánica Municipal y "oficializar" con cualquier excusa un candidato, en vez de permitir que los peronistas vayamos conociendo el escenario y los actores principales del teatro político de los próximos años. Incluso, uno observa con preocupación a quienes se sienten "candidatos naturales" actuando con premura para ocupar un lugar. Algo así como si en el juego de la silla, alguien que es ágil y pícaro, se sentara una y otra vez antes de que se corte la música.
Por último, una aclaración. El debate de las PASO en nada modifica la Carta Orgánica Municipal. No es un tema "de negociación" aunque se debata en la misma comisión de Reforma Política. En fin, PASO para Córdoba. PASO para Río Cuarto. Como decía el general, todo a su tiempo y armoniosamente.
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