Mis primeros 30 Días

Completamos el primer mes como concejal, en una semana con sabor agridulce. La previa a la sesión en el Lanteriano La Merced fue gratificante. Los pibes demostraron que cuando se les abre el juego, terminan marcando rumbos. Como contrapartida, el oficialismo transformó la sesión en una serie interminable de peroratas. Dos temas desvelaron a los colegas: por un lado, resaltar cómo ellos reaccionaron “eficazmente” cuando descubrieron (unos cuantos añitos después que los pibes y los docentes del Lanteriano, si se me permite decirlo) que hay pobreza extrema en la ciudad. Por el otro, biografiar a cuanto héroe propio haya pasado por el barrio Alberdi. Menos mal que Miguel Serra no jugó nunca para el “mercedario” y –que se sepa- el Fatiga Massei no anduvo por ningún comité radicheta. De lo contrario, todavía estaríamos en el Instituto escuchando los fundamentos para declarar de interés municipal el “Día del Futbolista Riocuartense”.

Primeros Proyectos

El proyecto de entregar un botón de pánico a las mujeres que cuentan con una sentencia judicial que excluye del hogar a sus ex parejas ha tenido una buena recepción. Incluso desde distintas áreas del Ejecutivo provincial me informaron que estaban trabajando en la implementación de un sistema similar. No hay ni superposición ni redundancia: simplemente deberemos pedir al Ejecutivo municipal que, al margen de analizar la factibilidad de instrumentar el sistema desde el municipio, articule con la provincia su implementación. Lo peor que podemos hacer es dejar en manos de otra jurisdicción la iniciativa como si ésta nos resultara ajena.