Hace dos
semanas, junto a Guillermo Natali y José Barotti, recibimos a la Comisión
Directiva (CD) de Asociación Atlética Estudiantes. No lo informamos
públicamente antes porque esperábamos que lo hiciera la propia institución.
Como ello no ha sucedido y para no permitir que quede la sensación de que la
nota que presentáramos junto con los nombrados y los presidentes de las otras
dos bancadas, Eduardo Scoppa y Martín Carranza, quedó en la nada, les doy un
breve pantallazo de lo charlado.
1. En primer lugar, la reunión (de la que participaron
cinco miembros de la CD “celeste”, Miguel Mugnaini, Orlando Gualtieri, Irusta, García
Cocco y Russo) fue muy tensa, al menos al principio, pues ellos consideraban
que el pedido de preservación de la memoria histórica de Río Cuarto a través de
la conservación de la fachada de la sede construida durante la gestión del
ministro Pistarini era parte de una campaña en contra de Estudiantes del
“kirchnerismo”. Asociaron el pedido con la actuación cumplida por el
Ministerio de Trabajo de la Nación en el predio Pablo Aimar, la aparición de
banderas contra el proyecto hotelero en la cancha, y la renuncia de varios
miembros de la propia CD.
2. Tratamos de explicar que desde hace meses
estábamos viendo cómo podía el Estado Municipal preservar aunque sea el
recuerdo de ese espacio tan particular para todos los riocuartenses. Y que para
el peronismo era simbólicamente importante evitar la desaparición de –al menos-
la placa colocada en el momento de la fundación de la sede por el gobierno
nacional, pues buena parte de las emplazadas con motivo de la inauguración de
edificios públicos en Río Cuarto durante el primer gobierno peronista, habían
sido retiradas y fundidas por la “Fusiladora” en 1955. Creo que
quedó claro que sabíamos que la sede estaba muy deteriorada y que su vida útil
parecía agotada. También que no tomamos ninguna posición como concejales frente
al proyecto empresarial hotelero pues, al menos hasta el presente, no es de
nuestra incumbencia.
3. A través del doctor Mugnaini, la CD se comprometió
a preservar todas las placas conmemorativas de la inauguración de la vieja
sede, el escudo de Estudiantes que durante décadas estuvo en lo alto del
edificio y todos los testimonios gráficos y fílmicos de la antigua sede. Ese
material se exhibirá en un futuro museo de la institución que estaría instalado
en el mismo hotel. También se nos dijo que se hablará con los arquitectos del proyecto para ver si se puede preservar alguna parte de la fachada o, en
todo caso, recordar con algún testimonio arquitectónico la vieja forma de la
misma. No se descartó la posibilidad de rescatar una vieja maqueta del club
para ser exhibida de forma permanente. En principio, y teniendo en cuenta
que no tenemos competencia alguna en el tema de la construcción del nuevo
hotel, nos dimos por satisfechos con la respuesta.
4. Tras ese primer momento, se mencionó la
historia de todo el predio de AAE y el carácter de las distintas cesiones que
desde el municipio se fueron realizando. En general, acordamos en que hay una
parte que el club utiliza como propia pero pertenece a un privado (el lugar
donde habitualmente se instalan los circos). En ese momento, comenté que,
de acuerdo con un documento oficial al que tuve acceso, esa parte
del predio habría pasado al dominio público municipal en los últimos años.
Ambas partes nos comprometimos a averiguar qué había de cierto en esa
información, pero por el momento no la consideramos relevante pues queda claro
que el club no reclama la propiedad de ese sector ni tiene previsto ningún
nuevo emprendimiento en el mismo.
5. En cambio, ninguna de las partes pudimos asegurar
con certeza si el terreno que atraviesa el club desde el frente de la
imagen de la Virgen y llega hasta el final del predio es propiedad del club o
fue cedido con cargo por el municipio. Está claro que allí se extendía la calle
Pedro Zanni, pero al parecer ni el municipio ni el club tienen copia del
convenio por el cual ese sector (hace más de medio siglo, un lugar poco
habitado y concurrido) fue otorgado al club. Paradójicamente, una misma
anécdota es contada por unos y otros de manera distinta para justificar ambas
posturas. Hace unos 15 años se instaló sobre ese sector un equipo de EPEC. El
mismo debió ser retirado: según las actuales autoridades de Estudiantes, porque
era un predio privado. Es decir, porque ese sector era del club. En cambio,
otros ex dirigentes me comentaron que EPEC debió retirar su equipo porque
estaba instalado en una calle pública, cedida precariamente a Estudiantes y con
el único fin de ser utilizada para las actividades del club.
Nobleza
obliga: en Catastro la calle figura como propiedad de AAE. No obstante, el
diario Puntal publicó en la columna “Parando la Oreja” que el presidente del
club habría solicitado la “donación” de la calle para que pueda llevarse
adelante el proyecto hotelero. Desconozco la veracidad de la información
y mucho menos que respondió el intendente. Pero si fuera cierta, dicha cesión
debería ser tratada en el Concejo Deliberante, el cual acaba de fijar
como postura que en estos casos las donaciones se harán con cargo y para el
EXCLUSIVO USO DEL PREDIO PARA “ACTIVIDADES DEPORTIVAS, CULTURALES,
RECREATIVAS Y DE ENTRETENIMIENTO”, tal como se actuó con la Asociación Atlética
Banda Norte. Pero, reitero, esto uno lo plantea desde la hipótesis de que la
calle no haya sido donada sin cargo con anterioridad.
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