Estuvimos con miembros del instituto
Municipal de la Vivienda y del área de Promoción Social. Algunas conclusiones
de una reunión tensa:
a) Cuando dijimos que el proyecto
parecía inconcluso, no nos equivocamos. En la propia reunión surgieron
diferencias entre miembros del Ejecutivo en temas que lejos están de ser
intrascendentes.
b) Por ejemplo, desde el área de
Promoción se propuso otorgar créditos destinados al plan de viviendas para
llevar “servicios como el gas natural” a las viviendas con la idea de “mejorar
el hábitat”. Parecía que nos estaban tomando el pelo, pero la propuesta era
real. A la ya cuestionable incorporación del término “ampliaciones” al
proyecto de viviendas sociales, ahora le habían sumado la palabra “mejoras”.
Ergo: pretendían que llevar gas natural a una casa se considerara como parte de
la promesa de las casas. Afortunadamente, Paty Balmaceda y Martín Carranza “bajaron”
la iniciativa que deberá concretarse –si quieren- a través de un plan
especial con su propio financiamiento.
c) Mantenemos nuestras diferencias
respecto al valor sobre el cuál se basará el reajuste de la cuota. Ellos
proponen la “bolsa de cemento” porque es fácil determinar su precio y “porque
ha aumentado poco en los últimos dos años”. Justamente, por ese motivo nosotros
preferimos índices con menor probabilidad de transformarse en volátiles. En
lo que todos estamos de acuerdo es en que hay que generar mecanismos para que
las cuotas sean cobradas.
d) A propósito, quedó claro que este
no es un plan para gente sin recursos. Se requiere un terreno (aunque sea, en
el fondo de la casa paterna) y acreditar un ingreso. Con este plan, no se
relocaliza gente que hoy esté en asentamientos ilegales. Habrá que esperar que
alguna vez el municipio pueda acordar políticas de viviendas con la provincia o
con la Nación, como sucedió en el 2000, para que podamos pensar en ese tipo de
iniciativas.
e) Cada vez que nos reunimos con el
IMN (Instituto Municipal de la Vivienda) me queda más claro que el intendente
apuesta a todo o nada con su plan de viviendas. Por eso, creo que buena parte
de las viviendas se van a hacer. El costo de destinar hasta el 80% de los
fondos específicos para este emprendimiento obliga a descartar otras obras,
quizás más necesarias y urgentes para la ciudad. Pero no vamos a poner palos en
la rueda. En cambio, vamos a trabajar para que este plan –que se realiza con
buena parte de los recursos que llegan del Fondo Solidario creado por la
Nación, aunque no se lo diga- no termine destruyendo a la Municipalidad.
Después de todo, somos nosotros los que queremos gobernar Río Cuarto desde
2016. Y ya sabemos lo que es administrar una ciudad quebrada.
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