El agua potable es un derecho ciudadano. Hoy constituye la primera gran
diferencia entre ricos y pobres. No contar con ella expulsa, condiciona,
margina. En Río Cuarto un gran porcentaje de la población la tiene. La
bendición de un acuífero excelente y de un río noble, sumada a oportunísimas
medidas gubernamentales tomadas en la década del 30, refrendadas con el
accionar de la mayoría de los gobiernos populares que la continuaron hasta el
presente, nos han brindado la posibilidad de que hoy la gran mayoría de los
riocuartenses cuente con agua potable en sus hogares y a un precio que,
digámoslo, no es exorbitante.
Por eso, lo que objetamos en el Concejo no es el
servicio de la EMOS en sí (aunque advertimos que su deterioro es constante). Ni
siquiera decimos que el agua es cara. Sólo advertimos que se le sigue MINTIENDO
a la gente. El año anterior la fórmula polinómica que debía establecer el
aumento de la factura NO FUE APLICADA durante el proceso electoral. Típica
actitud de quienes creen que su perdurabilidad en el poder está por encima de
los intereses colectivos. No era “político” aplicar el aumento en esa
circunstancia. Si lo fue aumentar retroactivamente a fines del 2012 aquel 21%
que había quedado “archivado”.
Por eso, aunque algún caradura diga
que “los concejales peronistas no entienden”, hoy el agua cuesta (en algunos
lugares) hasta un 80% más de lo que valía hace 12 meses. Es cierto que en otros
espacios, más afortunados, el valor se incrementó “sólo” en un 60% o
en un 70%. Pero cualquiera que mire la factura actual y la compare con la del
año pasado reconocerá que estamos en lo cierto. Aunque el agua potable siga
siendo relativamente barata en la ciudad…
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