Siete Días. Siete Temas

Domingo: Se conocen las listas de candidatos a diputados nacionales. Mi única sorpresa es ver a Martín Gill en el segundo lugar de la nómina de candidatos a diputados por el FPV. No me desagrada. Todo lo contrario. Martín fue presidente del Concejo Deliberante de Villa María e intendente interino siendo muy joven. Pero luego se lo vinculó casi exclusivamente con el ámbito universitario. De hecho, es el actual Secretario de Políticas Universitarias de la Nación y rector en uso de licencia de la UNVM.  El FPV parece perfilar su lista hacia un sector social relativamente pequeño. La presencia de los intendentes diluye ese concepto, aunque habrá que trabajar muy bien para no segmentar el electorado de manera tal que al Movimiento Nacional y Popular en Córdoba le quede solo una franja socioeconómica que, a decir verdad, es minoritaria dentro de las que se vieron beneficiadas por las políticas nacionales en la “década ganada”.  Igual, la lista aporta un ingrediente interesante: de las que tienen chances de llegar, es la única que está encabezada por gente que nunca estuvo en el  Congreso de la Nación y que, además, no tiene  denuncias por corrupción en su contra. Un dato para tener en cuenta.

Lunes: Jure veta la ordenanza que prohibía la venta de pirotecnia en toda la ciudad. Una buena para el intendente. No se dejó engatusar por quienes hablaban de la norma como si ésta prohibiera el uso de bombas de estruendo en la ciudad. Nada más alejado de la realidad. La ordenanza vetada propiciaba el uso de pirotecnia no autorizada y ponía en ridículo a cualquier control municipal. Las ninguneadas intendencias de Las Higueras y Holmberg ya habían decidido no propiciar normas similares. El proyecto, incluso en esta marco, deja tres enseñanzas: 1)  en cualquier tema vinculado a Planificación, debemos pensar en el Gran Río Cuarto. Las Higueras (en menos de cinco años) será ya ciudad. Si no aprendemos a trabajar en conjunto como proponen (entre otros) Gustavo Busso y Chicho Carniglia, vamos a terminar generando un festival de vetos a ordenanzas como esta. 2) Aunque varios se están poniendo el traje, los concejales no somos legisladores nacionales ni provinciales. Es decir, no podemos aprobar normas que vayan en contra de las legislaciones superiores. 3) No es saludable que se trabaje para la “tribuna”. No se puede mentir tanto. Las ordenanzas deben traducir en su resolutivo lo que proponen sus fundamentos. Aquí se proponía evitar el uso de pirotecnia y solo se prohibía la comercialización reglamentada por el municipio. Una barbaridad. Esto se tradujo en el “masivo apoyo” a la iniciativa: muchos creyeron que acompañaban una norma que decía una cosa, cuando en realidad decía otra.  Ahora, estamos trabajando para proponer una nueva que LÍMITE el uso de determinada pirotecnia y que SEA  FACTIBLE que se cumpla.  La semana próxima calculo que tendremos el proyecto listo para ponerlo en consideración pública.

Martes: Asume el nuevo Defensor del Pueblo; Guillermo De Rivas propone tres nuevos caminos para la Defensoría que bien vale resaltar: A) consolidar el personal actual y no ampliar el número de cargos políticos en el seno de la Institución. Cuando uno ve lo que cobran algunos profesionales que trabajan en ella, no puede menos que compartir el criterio. B) Controlar el cumplimiento de los servicios públicos municipales y de los compromisos públicos asumidos frente a quienes aspiran a ser beneficiarios del plan de viviendas de Jure. En realidad, un compromiso ineludible si se observa que el objetivo de las mil viviendas depende inicialmente de que el municipio cumpla con las promesas efectuadas de llevar los servicios hasta sectores como Castelli 1 y Castelli 2.  Al mismo tiempo, un riesgo para el Defensor, quien no debe quedar expuesto al debate partidario  sobre estos temas. C) Buscar alternativas para que la gente conozca sus derechos. En algún momento se hizo: es tiempo de recuperar aquel impulso. En lo personal, reconozco que la presencia de Guillermo en la Defensoría me genera esperanza, en particular porque está dispuesto a sostener a alguna gente muy valiosa en el seno de la misma.

Miércoles: Saldos de la reunión con el titular del EDECOM para tratar temas de dominio público vinculado con el área Tránsito (remoción de un responsable, desaparición de una moto en el depósito, presunto uso de un vehículo secuestrado). El área necesita un cambio muy profundo y la voluntad política para producirlo. La Escuela de Inspectores es imprescindible, lo mismo que un estatuto del personal de EDECOM diferente al del resto del personal del municipio.  No se puede seguir considerando al Ente como una especie de lugar de castigo y de desecho del personal municipal. Lo hicieron cuando se privatizó el servicio de recolección de residuos en los 90 y ahora que quedó gente dando vueltas sin trabajo en GAMSUR. No tiene sentido. Uno comprende a Artero cuando plantea la necesidad de capacitar específicamente a los preventores que (de golpe y porrazo) les encajó el oficialismo para dar una mano en el control del estacionamiento frente a las escuelas. No era gente destinada, en principio, a esa tarea. Igual, ya que están (bancados por la Nación, hay que decirlo) bienvenidos. Pero, capacitarlos es fundamental. Ejercerán, aunque sea mínimamente, el poder de policía municipal. No es poco.

Jueves: Sesionamos en la Escuela Normal. Un orgullo de los riocuartenses. Quien más, quien menos, todos tenemos alguna relación con ese establecimiento educativo. Sesión tranquila, con algunos matices emocionantes. También, con algunas anécdotas para “El Chasqui” de “Puntal”. Una ex maestra pidió un aplauso para “un intendente como Claudio Miranda”, el presidente del Concejo que acababa de distinguirla por su trayectoria.  Sobre el final, una insólita intervención de un concejal (ex menemista, ex delosatista, hoy juecista-radical) me obliga a responder. Amparándose en datos de “Clarín” (de quien, si no)  habla de la “caída en la calidad de la educación” en los últimos años. Evidentemente, el colega se equivoca o de fuentes de información o de pastillas: tanto en la provincia (no veo por qué negarlo) como particularmente en la Nación, el cambio en la valoración del sistema educativo ha sido sustancial.  Aquí, en los últimos doce años se inauguraron más de 150 escuelas. Un dato importante, si se tiene en cuenta que el último gobierno provincial del bloque al cual responde el susodicho se dedicó a cerrar escuelas rurales y a perseguir con la policía a los maestros que reclamaban. En el orden nacional, sólo basta decir que el presupuesto educativo es hoy uno de los más altos de América Latina, que hay un 25 % más de Universidades Nacionales, que el 70% de los alumnos de estas nuevas casas de altos estudios provienen de hogares que nunca antes habían podido enviar a uno de sus miembros a la Universidad, que los propios salarios docentes han mejorado sustancialmente, etc., etc.

Si se quiere ver la mitad del vaso medio vacío (es cierto que semejante inversión todavía no se ha visto reflejada en una mejora de la calidad educativa, es cierto que los docentes siguen siendo el sector peor pago de toda administración pública, es cierto que los padres no han vuelto a cooperar con los maestros sino que siguen siendo muchas veces una amenaza para estos, etc., etc.), que se vea, pero (al menos) que lo haga quien forma parte de un proyecto superador, no de un proyecto que reivindica las épocas en las cuales se destruyó la educación pública.

Viernes: “El Megáfono” señala que un Juez Federal ha decidido amparar a la empresa  telefónica que posee una antena en Gobernador Guzmán al 2300. La Municipalidad había ordenado desmontarla, tras una denuncia presentada ante el Concejo Deliberante por la compañera Paola Acosta. Es curioso, el juez utiliza los mismos argumentos (vinculados al “derecho a la comunicación”) que utilizó para pedir que no se desmonte la antena de TDA.  Pero ni el tipo de ondas que generan unas y otras ni sus presuntos antecedentes coinciden. Las normas municipales respecto de las antenas de telefonía móvil son taxativas: deben emplazarse fuera de la zona urbana. Y las que están funcionando, deben ser trasladadas. De las antenas para emitir señales de televisión, sólo un delirante, obsecuente e impresentable funcionario cordobés ha dicho que pueden afectar la salud humana. Si respetáramos el aberrante DNU de De la Soja sobre “la libertad de expresión”, su propio responsable de Medio Ambiente debería ir preso. De las radiaciones electromagnéticas que emiten las antenas de telefonía móvil se dice que pueden afectar gravemente a la salud de todos los seres vivos. La evidencia la dan los hechos: son decenas de miles las personas que han enfermado (y muchas, muerto) a consecuencia de ellas. En la zona de la antena de la calle Gobernador Guzmán se han detectado en los últimos tiempos 31 casos fatales de cáncer. No parece ser un dato como para pasar por alto, aun cuando nos refugiemos en que “no hay pruebas científicas” de que esos casos se vinculen con la antena.  Encima, en la práctica, las resoluciones judiciales han tenido un efecto contrario: la antena de la TDA sigue clausurada. La antena de la Telefónica, sigue funcionando.  Igual creo que el fallo del juez Ochoa (al prohibir modificar el statu quo de la torre y de las antenas que sostiene) abre una alternativa legal al municipio que espero podamos comenzar a charlar mañana mismo en el Concejo.

También viernes: La gente que propugna una ciudad sin agrotóxicos nos ha visitado. Piden una audiencia pública para tratar el tema. La veo pertinente, aunque no necesariamente atada a la instalación de una supuesta subsede de Monsanto en la ciudad. Igual, es bueno reinstalar el tema una y otra vez. El gobierno nacional ha ido, en diez años, generando poder político para desmontar el Estado neoliberal de Terragno, Menem y De la Rúa.  En esa lucha, ha ganado y ha perdido espacios. Pero el proceso continúa: no fue fácil reestatizar YPF,  recuperar el dinero de las AFJP, generar la Asignación Universal por Hijo, aprobar (ni hablar de hacer cumplir) la Ley de Medios, sostener las negociaciones paritarias, etc., etc.  Queda mucho por hacer. Entre lo que falta, hay que revisar (y derogar) los convenios de reciprocidad firmados en los 90 con Estados Unidos y otros países de fuerte impronta liberal. Son los convenios que hoy facilitan la labor de Monsanto y cía, de las mineras, de las telefónicas, etc., etc. Y ya sabemos que la justicia está coptada por quienes defienden esos intereses. En otras palabras, hay que seguir generando poder popular. Y entender que cada vez que las grandes corporaciones festejan a través de Lanata un “éxito” judicial, en realidad se están riendo de nosotros, no de “los K”.

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